Como en el anterior artículo, señalando la importancia del argumento en un videojuego, la música es uno de los pilares de un buen videojuego, es una forma de contarnos algo, mucho más sutil, pero a su manera la música nos cuenta su historia. Es capaz de entristecernos, si el argumento nos cuenta algo muy triste, una buena música será capaz de aumentar por dos ese sentimiento que intenta trasmitirnos la historia. También es capaz de alegrarnos, e incluso de ir más allá y crearnos sentimientos encontrados, sentimientos que a veces nos confunden. La música consigue transportarnos a esos lugares extraños, tan distintos a nuestra realidad que nos llama y nos sorprende, pero también consigue transportarnos a lugares de sobra conocidos, tan parecidos a nuestra realidad que nos hace recordar que aunque nos podamos encontrar en los lugares más mágicos y anodinos, nunca debemos olvidar lo que es en definitiva la vida.
Sentimientos como el amor, la amistad, el compañerismo, o la ira, el miedo, la soledad, todos son reflejados en la música y amplificados de tal manera que abren nuestros ojos. Podría añadir, sin tapujos, que sin una gran música, no hay un gran videojuego.
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